El condimento perfecto para tus comidas, también ayuda a sanar dolores.

Deriva de las semillas de sésamo, y se usa principalmente en las cocinas del sudeste asiático para reforzar el sabor y no para freír. Tiene muchas ventajas para la salud, por su elevada composición en ácidos grasos poliinsaturados y su gran cantidad de ácido linoleico (omega 6).

El omega 6 es muy positivo para el aparato circulatorio, ya que disminuye el colesterol “malo” (LDL o lopoproteína de baja intensidad) y los triglicéridos. Con esto, previene la formación de coágulos que derivan en enfermedades como trombosis, infartos, derrames cerebrales, entre otros.

Su consumo debe ser moderado debido a la alta proporción de omega 6. De preferencia, mezclarlo con aceites de girasol o soya, ricos en omega 3. No se recomienda la ingesta en embarazadas, niños, lactantes, enfermos de hígado o riñón, por el poco estudio del producto al respecto.

Además de su aporte alimenticio, el aceite de sésamo ayuda en la sanación del cuerpo , aplicándose de forma externa:

• Dolores: En casos de desgarros, distensiones, esguinces, tendinitis, entre otros problemas musculares, masajear directamente la zona afectada con aceite de sésamo.
• Nerviosismo: Masajes con una gota de sésamo, ayudan a conciliar el sueño y reducir la ansiedad y estrés. También, se pueden añadir gotas a un baño de tina, para producir mayor relajo.
• Piel y boca: Como ungüento, se puede aplicar directamente sobre la piel para prevenir o tratar herpes, acné, piel seca, arrugas o estrías. En el caso de la boca, sirve para llagas o gingivitis, aplicando directamente en la zona afectada.

Se dice que la frase “ábrete sésamo” de “Alibabá y los 40 ladrones”, más que una clave para abrir puertas, sería por las propiedades del sésamo. De esa forma, la semilla se abriría para fortalecer la mente, con lo que la intuición de la persona pudiera encontrar la puerta oculta.

(Fuente: http://www.botanical-online.com)