Debemos protegernos y cuidar nuestra piel.
En general, estos problemas aparecen con el abuso considerable de la exposición a los rayos solares.
Con las llegada de las vacaciones, tomar sol se convierte en una práctica habitual para muchas personas. En apenas tres meses de verano se pasa de tener el cuerpo cubierto a exponerlo a los rayos del sol de una forma continuada.
Como cualquier otra actividad, esta práctica puede ser beneficosa para la salud o convertirse en un foco importante de problemas para el cuerpo. Según todos los expertos, tomar el sol debe hacerse con sumo cuidado debido a la gran fuerza que tienen los rayos solares sobre nuestra piel.
Es una actividad inmejorable para evitar el estrés, para relajarse, para verse mejor, para revitalizarse y subir el nivel de autoestima.
Según investigaciones recientes, no exentas de cierta polémica, muchas veces “los beneficios de la exposición al sol son superiores a sus riesgos” como el cáncer de piel. Sin embargo, es evidente que el disfrute del sol ha de estar sujeto al sentido común y sin arriesgar la salud.
En general, estos problemas aparecen con el abuso considerable de la exposición a los rayos solares.
Ya sabes, ¡toma sol con precaución!