Remedio Natural  Farmacia Mapuche Makelawen
 
 
 

El Chagual: Una planta curativa

El Chagual: Una planta curativa

¿Poca fuerza de voluntad?

 

Uno de los problemas más comunes de las personas es la carencia de voluntad para realizar diferentes actividades propuestas, como finalizar un proyecto, hacer una dieta, aprender a decir que no, entre otros. Esto suele suceder a aquellas personas que les cuesta descubrir su verdad interior y saber qué es lo que realmente quieren y necesitan para sus vidas.

Existe una planta chilena que gracias a sus propiedades ayuda a personas que poseen carencia de voluntad mejorándoles además la concentración y memoria. Su nombre es Chagual y es una planta silvestre que crece en los cerros y montañas especialmente de la zona central del país (de Coquimbo a Concepción). Alcanza a medir aproximadamente unos 3,5 metros de altura y es conocido con el nombre de Puya. Esta planta también puede ser considerada arbusto y su flor es llamativa por su hermoso color amarillo.

Farmacia Mapuche Makelawen, dentro de su Terapia Floral, incluye al Chagual, ayudando de esta manera a las personas con problemas de voluntad, pero esta terapia no sólo ataca los problemas emocionales, sino que también los psicosomáticos, es decir, aquello que tiene origen psíquico pero repercute en lo corpóreo. Mejorando de esta manera problemas osteomusculares, vértigo, estiptiquez, endometriosis y falta de fecundidad.

Otra recomendación para trabajar la fuerza de voluntad es a través de una postura de yoga llamada ushtrasana o la pose del camello.

Consiste en que a la altura de nuestro ombligo, en nuestro cuerpo energético, emerge manipura, el chakra que controla nuestra fuerza de voluntad, la valentía, la seguridad en uno mismo, y en general, las funciones que tienen que ver con el poder y la fuerza de cada uno como individuo. Además, está relacionado a la energía del sol, pudiéndolo considerar el sol de nuestra personalidad, que brilla más o menos en cada uno según cuán balanceado se encuentre manipura.

Instrucciones:

  1. Siéntate de rodillas.
  2. Queda arrodillado pero levanta tu cuerpo.
  3. Arquea tu espalda y lentamente lleva tus manos a los tobillos. Chequea, sin embargo, que tu peso no descanse en tus manos.
  4. Lleva el abdomen hacia adelante, pero toma consciencia de que tus muslos deben quedar derechos, perpendiculares al suelo.
  5. Mantén la posición el tiempo que te sea cómodo.
  6. Para salir de la posición, retira una por una las manos de tus tobillos, volviendo a una posición erguida.
  7. Vuelva a sentarte arrodillado y permanece así por unos momentos, permitiendo que los efectos del asana se asienten en tu cuerpo.

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19 de Enero de 2015
 

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